Santi Rex conversa con Vinilos Blank Generation

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Sábado por la noche en Zaragoza. Entro en La Alquimia, donde habíamos quedado. Mientras me pido una pinta noto que ando algo nervioso. La eclosión de bandas aragonesas a mediados de los ochenta siempre atrajo mi atención, invirtiendo tantas horas de lectura como de escucha ante el tocadiscos.

Pero hoy lo voy a disfrutar en persona. Conforme se acerca a mí, vienen a mi mente temazos como “Amor y espinas”, “Sed de venganza” o, el más reciente, “Estrella fugaz”. Atrás quedó su impresionante estética oscura, casi de luto riguroso, que cautivó la escena musical del momento.

Nos saludamos, se muestra cercano a pesar de no conocernos. “Esto va a ir bien”- pienso. Viene de ver un concierto en la Sala Eccos, “Acércate, siempre hay algo interesante que ver”- me dice.

Sí, hoy Vinilos Blank Generation se toma unas cervezas (o ginebra con cocacola) con Santi Rex, de Niños del Brasil.

Antes de entrar en materia, hablamos distendidamente de sus inicios en la música. Adquiere su nombre artístico de T-Rex, mítica banda glam de los 70. “Quizás entonces sólo conocía la canción más famosa y alguna más. Pero lo que me impactó primero fue su estética”- me dice, mientras cruza las piernas empezándose a preguntar qué hace allí sentado con nosotros.

Me confiesa ser “anti-videoclips”, cuando le hablo de mi devoción por el de Mentiras, para mí la canción fetiche de Niños del Brasil. De repente se mezclan curiosidades sobre grabaciones y conciertos, de los molinos de La Muela, a la tormenta perfecta de una población granadina que arruinó uno de sus conciertos. Esto se va animando, nos reímos más que conversamos.

Le hablo de cómo surgió la idea de la web de Vinilos Blank Generation, y la temática que va a llevar. De primeras, nos da una receta para intentar que tenga aceptación, “Nada de onanismos. Darle difusión e interactividad. No puede ser que te resulte igual masturbarte que hacer una web”.  Me doy cuenta que ya soy (aún más) fan de Santi Rex.

Le escucho atentamente, mientras me habla de las primeras noticias sobre el movimiento punk rock en España. Se muestra casi erudito cuando cita a Malcon McLaren, mánager de los New Yok Dolls o los Sex Pistols. Para él, “un tío muy listo. Precursor quizás de la estética que conocemos. Su tienda londinense era un reclamo de prendas con imperdibles, rasgadas o con mensajes hirientes”.

Considera que el disco clásico puede ser el Never Mind the Bollocks de los Sex Pistols. Pero se cuestiona que si sólo debemos encasillar como punk rock a las canciones de guitarreo que duran 2 minutos, o ampliar el margen. Y para muestra, la vertiente reagge-ska de London Calling de The Clash o los sonidos tribales de Bow Wow Wow, del que se muestra fiel seguidor (por cierto, otro producto “Made in McClaren”).

Como reconocido DJ que es, me confiesa que el vinilo que siempre llevaría consigo sería Join Hands, el  2º LP de Siouxsie and the Banshees. Habla de la enorme influencia que tuvo este grupo en los que nacieron de la mano de La Movida. Esto me lleva al nacimiento del punk rock español.

Debatimos sobre Parálisis Permanente o Siniestro Total. Muestra su sonrisa de complicidad cuando le confieso que en las ferias de discos lo primero que hago es buscar los trabajos de Ana Curra. Por último me da una gráfica explicación de por qué el sonido era tan diferente entre bandas inglesas, americanas o nacionales, a pesar de unirles lo mismo. Yo escucho y aprendo, que de eso se trata.

Han sido casi tres horas, que han dado para mucho. Gracias Santi por el momentazo que nos brindaste y por echarnos una mano. Nos vemos pronto por el vinilo prometido.

Salud.

Marcos Cebolla, cofundador de Vinilos Blank Generation.