The Rolling Stones: historia de la banda que no dejó de rodar

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The Rolling Stones: historia de la banda que no dejó de rodar

Hoy vemos la historia de Rolling Stones. Hay historias que no se pueden contar en pocas palabras. Como la de los Rolling Stones. No son solo una banda, son una institución, una forma de vivir el rock. Cincuenta, sesenta años después, siguen ahí. Han cambiado los tiempos, los discos, los escenarios, pero ellos no han dejado de rodar.

Este post es un viaje completo: desde los orígenes de la banda, pasando por sus miembros (los que están y los que se fueron), hasta sus discos más legendarios, conciertos imposibles y algunas curiosidades que quizás no sabías. Esto te va a gustar: va con historia, con actitud y con mucho rock’n’roll.

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Cómo empezaron los Rolling Stones (historia)

La historia comienza en 1962 en Londres. Mick Jagger y Keith Richards, dos chavales de Dartford, se reencuentran en una estación de tren. Uno llevaba discos de Chuck Berry bajo el brazo. El otro, también. Magia instantánea.

Con Brian Jones (que al principio era el líder), Ian Stewart al piano, Dick Taylor al bajo y Mick Avory a la batería (los primeros ensayos fueron un poco caóticos), formaron una banda con nombre sacado de un tema de Muddy Waters: Rollin’ Stone.

Pero no fue hasta que se estabilizó el núcleo en 1963 con Charlie Watts en la batería, Bill Wyman en el bajo y la dupla Jagger/Richards al frente, que los Rolling Stones arrancaron de verdad. Más blues que beat. Más rudo que pulido. Más calle que estudio. Y así empezó todo.

Todo comenzó en el frío Londres de 1962, en una época en la que el rock and roll estadounidense empezaba a cruzar el charco y el beat británico daba sus primeros pasos. Pero Mick Jagger y Keith Richards no querían ser como los demás. Su obsesión era el blues crudo, el R&B de Chicago y los sonidos negros que sonaban en los discos de Muddy Waters, Howlin’ Wolf y Chuck Berry.

El encuentro que lo cambió todo

La historia oficial dice que Jagger y Richards se reencontraron por casualidad en la estación de tren de Dartford. Mick llevaba bajo el brazo discos de blues importados, y Keith, fascinado, reconoció en él a un alma gemela. A partir de ese momento, empezaron a soñar con formar una banda que sonara como sus ídolos.

Pero el verdadero catalizador fue Brian Jones, un músico virtuoso (tocaba guitarra, armónica y casi cualquier instrumento que cayera en sus manos) que ya había estado en varias bandas y buscaba crear algo nuevo. Jones fue, en los primeros años, el líder indiscutible del grupo. Fue él quien colocó el anuncio en el Jazz News buscando músicos y quien convenció a un pianista llamado Ian Stewart (el «sexto Stone») para unirse.

Brian Jones: El arquitecto inicial

Antes de que los Stones fueran los Stones, Jones ya era un músico itinerante. Tocaba en estaciones de tren, en bares mugrientos y en jam sessions donde el público era más hostil que entusiasta. Su dominio de la guitarra slide, la armónica y hasta el sitar (años antes de que George Harrison lo popularizara) lo convertían en una rareza. Pero lo que realmente lo distinguía era su actitud. Jones no quería ser una estrella del pop; quería ser un bluesman británico.

Fue él quien, en 1962, puso un anuncio en el Jazz News buscando músicos que compartieran su pasión: «Buscamos intérpretes de R&B y blues. No interesan imitadores de Cliff Richard». Entre los que respondieron estaban un vocalista llamado Mick Jagger y su amigo de la infancia, Keith Richards, dos chicos que, como él, vivían obsesionados con los discos de Chess Records.

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Ian Stewart: El hombre que lo mantuvo todo unido

En medio de ese caos creativo, apareció Ian «Stu» Stewart, un pianista escocés con manos de acero y un ritmo imparable. Aunque su imagen no encajaba con la del «rockstar» (era más alto, más robusto y con una cara de obrero), su forma de tocar era esencial. Stu se convirtió en el pilar rítmico de los primeros Stones, el que daba estructura a las improvisaciones salvajes de Jones y Richards.

Pero la industria no lo vio como «marketable». Cuando el manager Andrew Loog Oldham decidió pulir la imagen de la banda para venderla a las masas, Stewart fue relegado a pianista de gira y sesión. Aun así, siguió siendo el alma musical de los Stones hasta su muerte en 1985. Keith Richards lo dijo mejor que nadie: «Sin Stu, no habría Rolling Stones».

El primer ensayo: Un desastre glorioso

El primer ensayo oficial de los Stones fue en el Bricklayers’ Arms, un pub de Londres donde el dueño les dejaba tocar a cambio de unas pintas. El bajo lo ponía Dick Taylor (que luego formaría The Pretty Things), la batería Mick Avory (futuro miembro de The Kinks), y el caos lo ponían todos.

Según Richards, «sonábamos como una banda de borrachos intentando copiar a Muddy Waters después de una noche de whisky». Pero había algo en ese sonido crudo, sin filtros, que los diferenciaba de otras bandas británicas. No eran limpios como los Beatles; eran sucios, intensos y peligrosos.

El nombre: Un homenaje robado

La leyenda cuenta que cuando un promotor les preguntó cómo se llamaban, Brian Jones respondió al azar: «Rollin’ Stones», inspirado en el tema de Muddy Waters. No hubo votación, ni discusión. Simplemente, quedó. El nombre era perfecto: evocaba el blues, el movimiento constante y, sin saberlo, el destino de una banda que nunca se detendría.

El primer contrato y la lucha por el blues

En 1963, los Stones firmaron con el sello Decca (que había rechazado a los Beatles, para su eterna vergüenza). Su primer single fue una versión de «Come On» de Chuck Berry, pero lo que realmente los definió fueron sus actuaciones en el Crawdaddy Club, donde tocaban blues puro para audiencias cada vez más grandes.

Miembros de la banda: pasados y presentes en la historia de Rolling Stones

Mick Jagger

Voz principal, líder indiscutible, showman de piernas infinitas y labio torcido. Carisma, energía inagotable y un olfato empresarial tremendo. Su presencia en el escenario es historia del rock por sí sola.

Keith Richards

El alma del grupo. Guitarrista rítmico, compositor eterno y figura icónica del rock and roll. Si el rock tuviera un esqueleto, sería Keith. Su estilo crudo, su técnica de afinación abierta y su capacidad para sobrevivir lo insuperable lo hacen único.

Charlie Watts (1941–2021)

El baterista que parecía no querer estar ahí, pero que sostenía el caos con elegancia. Discreto, elegante, jazzero. Su muerte en 2021 dejó un vacío enorme, y muchos pensamos que ahí acabaría todo. Pero no.

Ronnie Wood

Guitarrista desde 1975. Llegó desde Faces para ocupar el sitio de Mick Taylor. Siempre sonriente, con estilo canalla y muy buen rollo. Aunque parezca el más reciente, lleva más de 40 años siendo Stone.

Bill Wyman

El bajista original. Estuvo desde el principio hasta 1993. Serio, firme y con un groove tremendo. Luego se bajó del barco, y hoy se dedica a la arqueología. Literalmente.

Brian Jones (1942–1969)

El fundador. Multiinstrumentista, genio, visionario… y trágicamente autodestructivo. Fue perdiendo protagonismo hasta que lo echaron en 1969. Pocas semanas después apareció muerto en su piscina. El primero del «Club de los 27».

Mick Taylor

Entró en 1969 con 20 años y fue crucial para discos como Sticky Fingers y Exile on Main St.. Técnica increíble. Se fue en 1974, harto del caos y la falta de reconocimiento.

Otros músicos han ido y venido en giras, como Darryl Jones (bajista desde los 90) o Chuck Leavell (teclado), pero los pilares ya los conoces.

Exile on main street rolling stones

Curiosidades que quizás no sabías en la historia de Rolling Stones

Los Rolling Stones no son solo una banda, son un fenómeno cultural.

Detrás de los riffs legendarios, los escándalos y las giras interminables, hay historias que pocos conocen.

Aquí, algunas de las más sorprendentes en la historia de Rolling Stones:

1. Keith Richards vs. la gravedad (y otras batallas perdidas)

En 2006, durante unas vacaciones en Fiji, Keith Richards decidió que escalar un cocotero era una buena idea. El resultado: una caída espectacular que le dejó con un hematoma cerebral. ¿Su reacción? «Después de todo lo que he puesto en mi cuerpo, un golpe en la cabeza no me iba a matar».

Pero eso no es lo más extraño de Keith. En 2007, confesó que, tras la muerte de su padre, mezcló sus cenizas con cocaína y se las fumó«Era un tipo divertido, le hubiera gustado», dijo. ¿Cierto o leyenda? Con Richards, la línea entre realidad y mito siempre es difusa.

2. Mick Jagger, el economista que prefirió el escenario

Antes de ser el frontman más enérgico del rock, Mick Jagger estudiaba en la London School of Economics (LSE). Su plan era graduarse y trabajar en finanzas. Pero en 1962, cuando los Stones empezaron a despegar, tuvo que elegir: ¿bancos o blues?

Su profesor de economía, Lord Robbins, le dijo: «Si dejas la universidad por esta moda del rock and roll, te arrepentirás». Jagger abandonó los estudios… y hoy es millonario. Ironía: En 2012, la LSE lo invitó a dar una conferencia sobre «Los negocios del rock».

3. La lengua más famosa del rock (y su origen oculto)

El logo de los Rolling Stones —esa lengua burlona y roja— es uno de los más reconocidos del mundo. Pero pocos saben que:

  • Fue creado en 1970 por John Pasche, un diseñador gráfico que solo cobró £50 (unos €350 hoy).

  • La inspiración no fue Mick Jagger, sino la diosa hindú Kali, símbolo de poder y destrucción.

  • Jagger quería algo que representara la rebeldía y la sexualidad de la banda. ¡Misión cumplida!

Curiosidad extra: Andy Warhol hizo una versión alternativa, pero los Stones prefirieron la de Pasche.

4. Caballeros… ¿o no? (El día que la reina quiso honrar a los Rolling Stones)

En 2003, la reina Isabel II nombró Sir a Mick Jagger. Keith Richards, siempre irreverente, comentó: «No me arrodillo ante nadie, ni aunque me ofrezcan un título».

Pero hay más:

  • Charlie Watts (el baterista más elegante del rock) tampoco quiso ser caballero. «Prefiero que me recuerden por mi música», dijo.

  • Ronnie Wood sí aceptó un título menor (OBE), pero bromeó: «Es por mis pinturas, no por tocar con estos locos».

5. Otras rarezas que definen a los Rolling Stones

  • Bill Wyman inventó un detector de metales (y lo patentó).

  • Mick Jagger fue el primer rockstar en ser arrestado por drogas (1967), antes que Lennon o Richards.

  • «Sympathy for the Devil» se grabó el día que asesinaron a Robert Kennedy (5 de junio de 1968). Jagger cambió la letra esa misma noche.

  • Keith Richards asegura que escucha voces… y que a veces le responden.

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Las mejores canciones de los Rolling Stones (historia)

  • Gimme Shelter – Oscura, apocalíptica, con una voz femenina que te corta en dos.

  • Paint It, Black – Psicodelia, sitares y obsesión.

  • Sympathy for the Devil – Una cátedra de ritmo y provocación.

  • (I Can’t Get No) Satisfaction – El riff más famoso de la historia.

  • Angie – Balada con nombre de mujer y olor a ruptura.

  • Start Me Up – Himno de estadios, pura gasolina.

  • Wild Horses – Dulce y desgarradora.

  • Jumpin’ Jack Flash – Ritmo sucio, energía desbordante.

  • You Can’t Always Get What You Want – Una verdad universal.

  • Miss You – Disco y rock mezclados con elegancia.

Rolling Stones su historia

Los discos imprescindibles de Rolling Stones (historia)

Si tuviera que llevarme solo 5 discos de Rolling Stones a una isla con tocadiscos (y electricidad), serían estos:

  1. Let It Bleed (1969)
    Una joya de principio a fin. “Gimme Shelter” y “You Can’t Always Get What You Want” están aquí. Pura perfección.

  2. Sticky Fingers (1971)
    Incluye “Brown Sugar”, “Wild Horses”, y una portada diseñada por Andy Warhol. El disco más sensual de los Stones.

  3. Exile on Main St. (1972)
    Caótico, sucio, mágico. Grabado en una villa en Francia, con drogas, vino, y genialidad.

  4. Beggars Banquet (1968)
    Vuelta al blues, al barro, a las raíces. “Sympathy for the Devil” lo abre.

  5. Some Girls (1978)
    El disco donde los Stones abrazan el punk, la disco y siguen sonando a ellos.

Los mejores conciertos de Rolling Stones (historia)

  • Altamont (1969) – Trágico. Un intento de Woodstock que terminó con un asesinato en primera fila. Marcó el final de los 60.

  • Hyde Park (1969) – Concierto homenaje a Brian Jones. 250.000 personas. Caos y emoción.

  • Bridges to Babylon Tour (1997–98) – Una gira descomunal, con escenarios móviles y una banda en forma brutal.

  • La Habana, Cuba (2016) – Histórico. 500.000 personas. Primera vez que tocaban en Cuba. Un antes y después.

  • Madrid, Wanda Metropolitano (2022) – Uno de los últimos con Charlie aún en el corazón del repertorio. Pura emoción.

Rolling Stones historia desde orígenes

Conclusión: los Stones no se acaban, se transforman

Los Rolling Stones han pasado por todo: muerte, escándalos, drogas, caídas, resurrecciones. Han sobrevivido a modas, dictaduras culturales y a ellos mismos. Son parte del ADN del rock y de muchas generaciones.

Han sido punk antes del punk, glam sin ser glam, disco sin dejar el rock, blues sin ser puristas. Se han reinventado sin dejar de ser los Stones. Y siguen. En 2023 sacaron disco nuevo (Hackney Diamonds), y en 2025 aún llenan estadios.

Los Rolling Stones son historia viva, y como el buen vinilo, cuanto más giran, más suenan.

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